Me represento lo que he hecho durante el día, pensando el sentido. Examino lo que era falso, aquello en que fui insincero conmigo mismo, aquello que quise evitar, aquello que no fui franco con los demás. Veo aquello en que estoy de acuerdo conmigo y con lo que pudiera realzarme. Tengo conciencia del control que ejerzo sobre mi mismo y como lo mantengo a lo largo del día.
Me juzgo a mi mismo (en lo que se refiere a mi conducta individual, no en lo que se refiere al todo inaccesible para mi que soy yo mismo), encuentro principios por los que quiero dirigirme, me repito quizá palabras que quiero en ira, en la desesperación, en el tedio y en otras ocasiones en que me pierdo a mi mismo decirme como con conjuros que me hagan recordar.
jueves, mayo 5
La autorreflexión •
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